Villa Devoto, 28 de mayo de 2025. En el contexto de la crisis energética en Argentina 2025, Ana Torres, una jubilada de 61 años que vive en Villa Devoto, recibió su factura de luz por $41.320, correspondiente a un consumo de 320 kWh. Ese monto representa el 36% de su haber mensual de $114.800, según registros de ANSES. Aunque su historia pueda parecer una excepción, los datos la ubican dentro de una tendencia creciente: en el Área Metropolitana de Buenos Aires, los hogares de menores ingresos destinan actualmente el 24% de sus gastos mensuales a pagar energía eléctrica, un salto significativo desde el 11% registrado en 2023, según el INDEC.
El incremento en los costos de la energía se refleja con crudeza en los indicadores oficiales. La tarifa de luz en el AMBA aumentó un 142% en términos interanuales, de acuerdo con la Resolución 115/2025 del ENRE. Además, más de 1,2 millones de hogares aún no tienen confirmación del subsidio solicitado, según datos oficiales de la Secretaría de Energía al 1.º de junio.
En Quilmes,
“Gasté $126.000 en luz en mayo. Es un 30% más que el mes anterior”
relata Ricardo López, de 48 años, dueño de una ferretería. Muestra una factura de Edenor correspondiente a un consumo de 1.890 kWh, mientras compara con los montos del bimestre anterior.
Más al norte, en Salta capital, la docente María Inés Rojas (52) vive en una casa de 60 metros cuadrados.
“Pago $28.400 por gas. En invierno no uso calefacción de noche”
comenta resignada. El dato no sorprende si se tiene en cuenta que el valor del kWh en esa provincia es uno de los más altos del país, con $412 por unidad, frente a los $289 de CABA.
La situación también golpea a quienes generan empleo. En Córdoba, Silvina Ortiz, directora de una cooperativa textil, lo resume con crudeza:
“Tuvimos que despedir tres personas. La energía subió $210.000 en cuatro meses”
Según un informe reciente de la Unión Industrial Argentina, el 18% de las pymes del sector industrial ha reducido personal por el impacto directo del costo energético.
Las brechas regionales amplifican el problema. En Ushuaia, el metro cúbico de gas cuesta $612, más del doble que en CABA. Jujuy reporta 12,7 cortes diarios por cada mil usuarios, frente al promedio nacional de 5,1. Solo tres provincias —Chubut, Neuquén y Río Negro— mantienen en pie programas de subsidio energético locales.
El marco normativo vigente, la Ley 27.741, establece en su artículo 3 que los aumentos tarifarios deben ser comunicados con 30 días de anticipación. Sin embargo, 3 de los últimos 4 ajustes fueron informados con menos de 15 días, según registros del Boletín Oficial.
Mientras tanto, los medidores no se detienen. Como advierte el economista energético Pablo Bertinat, de la Universidad Nacional de Rosario:
“Cuando el costo de un servicio básico supera el 20% del ingreso, se convierte en un factor reductor de calidad de vida”.
Ese umbral ya fue superado en al menos 14 distritos argentinos. El resto parece ir en camino.