Argentina mejorará su tasa de pobreza, pero no logra reducir el impacto de la Pandemia

IET - UMET

El Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) y la Universidad Metropolitana para Educación y el Trabajo (UMET) presentó su Estimador Mensual de Pobreza y Estructura de Segmentación Social, en el que se advierte que el año 2022 aún si se cumple el escenario económico más pesimista, la Argentina logrará bajar la tasa de pobreza en comparación con 2021, pero seguirá siendo superior a la de 2019. Es decir, el crecimiento de este año aún no logrará revertir por completo el impacto de la Pandemia en la tasa de pobreza.

Al señalar las razones para desarrollar esta nueva medición, el director general de CCD y exministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, señaló que “con esta nueva serie de investigaciones seguimos buscando aportar al debate de políticas públicas, para lo cual es clave contar con diagnósticos apropiados. Con los resultados vemos que las condiciones locales e internacionales para gestionar resultaron desfavorables. La Pandemia profundizó con fuerza el deterioro social que se produjo entre 2018 y 2019, pero también es cierto que nuestra gestión de gobierno no se ha mostrado capaz de avanzar en la integración social y de garantizar que todas las ciudadanas y ciudadanos puedan cubrir sus necesidades básicas. Se han naturalizado niveles de pobreza que nos retrotraen a los de hace 14 años, por el 2008. Creemos que es imperante contener la dinámica social y destinar todo el trabajo y los esfuerzos a reducir la pobreza, para lo cual es condición necesaria pero no suficiente que la economía crezca sostenidamente”.

El Estimador mide la “tasa de Pobreza estimada”, la “clasificación de la población según su nivel de ingresos” y la “segmentación social en base a la definición de estratos socio-económicos”. Para el estudio “se considera la Tasa de Pobreza que mide el INDEC, definida como la proporción de la población con ingresos inferiores a la Línea de Pobreza”. Además, explica el informe que “la dinámica de pobreza puede proyectarse en base a escenarios de evolución de la actividad económica. Por lo cual, se definen distintos escenarios sobre la trayectoria de la economía, y se estiman -sobre la base de la Tasa de Pobreza Observada de INDEC- las trayectorias de la Tasa de pobreza asociada a cada uno de los escenarios”.

Para desarrollar el nuevo indicador el IET se planteó que “es sabido que la medición de Pobreza incluye a la población con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total. Entonces, nos preguntamos qué ocurre con el segmento que gana entre 1 y 2 Canastas (de Ingresos Medio Bajos, que no son Pobres, pero podrían caer en la pobreza), y que acontece con los segmentos más holgados: de Ingresos Medio Altos (ganan entre 2 y 3 Canastas) y de Ingresos Altos (ganan más de 3 Canastas). Es decir, ¿qué ocurre con la segmentación social?”.

Para los especialistas “conocer cómo la performance económica se traduce en cambios de composición social es relevante porque constituye un insumo crucial para el dimensionamiento de las poblaciones que experimentan distintas realidades, y permite definir poblaciones objetivo para la definición de políticas públicas que aborden problemáticas de insuficiencia de ingresos y exclusión”, según se establece en el documento.

“Nos interesa abordar el aspecto Distributivo, a partir del estudio y seguimiento del poder de compra de los ingresos de los distintos Estratos Definidos. En un contexto de alta inflación, este abordaje permite echar luz sobre la magnitud y homogeneidad o heterogeneidad en la evolución del poder adquisitivo, medido a partir de la cantidad de Canastas Básicas Totales que los ingresos pueden adquirir”, plantean los analistas en el informe.

Conclusiones: no se superó el daño de la Pandemia

Al presentar sus resultados sobre la tasa de pobreza estimada, el informe se estructura con base en cuatro escenarios: optimista, mediano, pesimista y, por último, el escenario que contempla el Presupuesto de la Nación.

“Aun en el mejor de los escenarios, 2022 terminaría con una Tasa de Pobreza 0,2 puntos porcentuales por encima de la registrada en 2019. Siendo 2019 un año en el que la proporción de población por debajo de la línea de pobreza se había incrementado 7,8 puntos porcentuales en relación con 2017 (pasando del 27,7% al 35,5%). Lo que implica que sólo se recortaría el deterioro acontecido tras la Pandemia”, concluye el Estimador en esta materia.

En cuanto a la clasificación de la pobreza según los niveles de ingreso, muestra que “mientras que en el semestre Julio-Diciembre 2017, conjuntamente Pobres e Ingresos Medios representaron al 59,9% de la población, en el último semestre para el que se cuenta con datos (Octubre 21- Marzo 22) más de 7 de cada 10 (71,2%) personas registraron ingresos por debajo de dos líneas de pobreza”.

La conclusión se amplía al destacar que “entre Julio-Diciembre de 2017 y Octubre de 2021-Marzo de 2022 (último semestre con datos) se verifica un crecimiento de la Población Pobre en un 37,8% (equivalente a 9,7 puntos porcentuales, pasando de 25,6% al 35,3%) y de la Población de Ingresos Medio Bajos en un 4,8% (equivalente a 1,7 puntos porcentuales, pasando de 34,3% a 36%). Como contracara, se reduce el peso de los segmentos de Ingresos Medio Altos en un -18,1% (3,4 puntos porcentuales, pasando de 18,5% a 15,2%) y del segmento de Ingresos Altos -37% (equivalente a 8 puntos porcentuales, pasando de 21,6% a 13,6%)”.

Por último, en cuanto a la evolución de los ingresos medios por estrato el documento advierte que “entre el segundo semestre de 2017 y el segundo semestre de 2021 todos los estratos perdieron capacidad de compra, siendo el Bajo el de menor pérdida relativa (-18,9%) frente al Medio Alto (-25%)”. Además, “entre los dos últimos semestres, segundo del 2021 y Octubre 2021- Marzo 2022, todos recompusieron parcialmente la capacidad real de los ingresos, destacando cierta progresividad en dicha recuperación en términos de magnitud”.

Sin embargo, finaliza remarcando que hubo “una notoria dispersión entre ingresos medios por estrato, aunque el rango se achica: en Jullio-Diciembre de 2017 el Estrato Alto podía comprar 8,2 veces lo que podía adquirir el ingreso del Estrato Bajo, y esa relación pasa en Octubre 2021 – Marzo 2022 a 7,5 veces. Es decir que se podría interpretar como una reducción de la inequidad, aunque responde al achatamiento generalizado de los ingresos en un contexto inflacionario”.

Al explicar las conclusiones y, en general, todo el contenido del informe, la coordinadora de la investigación, la economista Ana Paula Di Giovambattista, destacó que «a partir de distintos escenarios de trayectoria de la economía, estimamos las Tasas de Pobreza asociadas, encontrando que incluso en el mejor de los casos, el 2022 terminaría con una Tasa de Pobreza superior a la de 2019, llegando al 35,9% de las personas. Es decir, que de crecer dos años seguidos, únicamente se recortaría -y no completamente- la desmejora social ligada a la Pandemia, sin poder revertirse los 7,8 puntos que subió la pobreza entre 2017 y 2029”.

“A eso se suma un proceso generalizado de achatamiento de la pirámide social en el período analizado, concentrándose crecientemente la población en los segmentos de Pobres e Ingresos Medio Bajos: conjuntamente estos grupos pasaron de representar el 59,9% en la segunda mitad de 2017 al 71,2% a fines del 21 e inicios del 22. En ese sentido, los desafíos hacia adelante deben concentrarse en la recomposición de los sectores de menores ingresos», apuntó.